La deforestación sigue avanzando en la Amazonía brasileña, con una superficie devastada cercana al récord registrado en el último año de referencia, de agosto a julio, según datos satelitales oficiales divulgados este viernes.
En los últimos 12 meses, la mayor selva tropical del planeta perdió 8.712 km², un 5% menos que los 9.126 km² del período previo, entre agosto de 2019 y julio de 2020, el máximo registrado desde que el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) empezó a publicar estos datos en 2015.
El resultado del mes pasado será algo mayor, dado que el informe semanal del INPE llega hasta el viernes 30 de julio y solo incluirá el 31 el próximo viernes.
La deforestación tuvo un fuerte repunte desde la llegada al poder en 2019 del presidente Jair Bolsonaro, favorable a la apertura de la selva a actividades agropecuarias y mineras.
El Observatorio del Clima, un colectivo de oenegés, estima que la media de las superficies deforestadas durante los tres ciclos correspondientes al gobierno de Bolsonaro es 70% mayor a la de los tres ciclos precedentes.
"Hasta los árboles muertos en la Amazonía saben que ningún número presentado por el gobierno tiene credibilidad, ya que a Brasil le falta lo esencial: una política de control de la deforestación", indicó el Observatorio en un comunicado.
El vicepresidente Hamilton Mourao admitió el lunes que la meta de reducir la deforestación en 10% entre agosto de 2020 y julio de 2021 no será alcanzada.
"Probablemente no cumpla lo que pensaba que sería nuestro papel, de llegar a un 10% de reducción [de la deforestación]. Creo que será del 4% al 5%, es una reducción muy pequeña e irrisoria, aunque ya es un camino andado", dijo el general Mourao en Brasilia.
Bolsonaro recientemente se comprometió ante la comunidad internacional a eliminar la deforestación ilegal en Brasil antes de 2030, pero sin anunciar medidas concretas para alcanzar ese objetivo.
En julio (hasta el día 30), la deforestación alcanzó 1.416 km², lo que supone una baja del 14,6% respecto a julio de 2020, tras cuatro récords mensuales consecutivos.
Pero en los primeros siete meses del año totaliza 5.026 km² de bosques devastados, un 6% más que lo reportado entre enero y julio de 2020 (4.740 km²).
Según el INPE, los incendios forestales disminuyeron un 27% en julio (con 4.977 focos de calor) respecto al mismo mes de 2020, pero los ambientalistas estiman que habrá un fuerte aumento en los próximos meses debido a que las zonas recientemente deforestadas se quemarán en plena estación seca, de agosto a septiembre.